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Tania Llasera se va sola de «luna de miel» a Lekeitio

ÁLAVA DMODA

Tania Llasera se ha regalado estos días una «luna de miel» para ella sola en Lekeitio. La presentadora vizcaína, que veranea en este municipio costero, ha viajado en esta ocasión sin su marido y sus dos hijos, Pepe Bowie, de 5 años, y Lucía Lennox, de 3. «Son unas vacaciones que yo no he buscado, mi madre se ha hecho un doble esguince y he ido a cuidarla, obviamente, no iba a llevar a los niños para darle más trabajo. Ha sido por coincidencias, pero me ha venido muy bien, a mí y a ellos», ha tenido que explicar la comunicadora a aquellas seguidoras que le han preguntado cómo lo ha hecho para viajar sin sus hijos. Tania, criticada en varias ocasiones por su forma de entender la maternidad, ha compartido dos fotografías en las que disfruta de un día de playa gracias al buen tiempo de este fin de semana en Euskadi. «La felicidad lleva mi nombre en estos momentos playeros», escribe junto a una de las instantáneas, en la que aparece sonriente y relajada mientras levanta el pulgar con el puño cerrado para indicar que sí, que ella está feliz pese a que los críos se hayan quedado en Madrid con el padre.

La presentadora, que utiliza sus redes sociales para «visibilizar lo normal, lo real y lo que hay», aprovecha su tirón mediático para demostrar que desconectar de dibujos animados, columpios o deberes no solo es necesario, sino también saludable. Tradicionalmente, el concepto de ser madre se ha relacionado con palabras como «abnegación, renuncia, entrega incondicional, sumisión...» La madre debía de ser aquella persona incondicional que nunca falla a sus hijos, que siempre está ahí y que es capaz de renunciar a todo para que los niños estén bien. Un juicio que viene de cuando las mujeres solo se dedicaban a cuidar y organizar el hogar, guisar, limpiar, coser, hacer coletas o quitar piojos. Pero los tiempos han cambiado.

Tania Llasera se va sola de «luna de miel» a Lekeitio

Tania ha querido compartir una reflexión que puede ayudar a muchas mujeres a no sentirse culpables por compaginar su maternidad con su trabajo, por dedicarse tiempo a sí mismas, por querer ir al gimnasio o leer un libro a solas en el sofá. «Nunca me había separado tanto tiempo de ellos, una semana, pero bueno que el mayor ya tiene cinco años y medio», comienza diciendo la presentadora como si tuviese que justificarse. «Ha sido muy necesario, ahora están que me valoran, ya están preguntando 'dónde está mamá' y los tengo pegaditos, que es una gozada. Lo que intento pensar es que cuanto más contenta esté yo, mejor madre seré. Cuanto más descansada y mejor esté yo, mejor madre seré para mis hijos», recalca la comunicadora.

Demasiados roles, exigencias y expectativas altísimas rodean hoy a las mujeres. Por eso, la vizcaína transmite un mensaje importante a todas ellas o, al menos, a las más de 716.000 personas que la siguen: los hijos son más felices si sus madres se sienten satisfechas, plenas y profesionalmente realizadas. No se engañe autoconvenciéndose de que ser madre es suficiente para sentirse completa. «Casi una semana sin ver a mis hijos. Hoy termina esta luna de miel viviendo el singular. Y lo termino de la mejor manera: helado de nata de López en mano y la isla de San Nicolás de fondo. Viva Lekeitio y viva la vida. Ganas de achuchar a mis rubios ya también», escribe en una publicación en la que posa sonriente en el municipio costero, donde ha disfrutado de la compañía de su madre y de sus dos tías «Llasera».

Tania intenta demostrar en su Instagram que trabajar y tener amigos y aficiones forma parte de la plenitud de una persona, y que las madres también son personas. Además, en la reflexión que ha compartido con sus seguidores asegura que también es importante «que los niños estén con su padre sin que yo esté, para darle la oportunidad de ser papá sin que mamá esté siempre en medio». Porque, al final, no se trata de puntuar la valía como madre en función de la cantidad de tiempo que se dedica a los niños. Lo importante es la calidad de las relaciones y el vínculo con nuestros hijos. Y, conviene no olvidar, aquella frase que pronunció la escritora estadounidense Jill Churchill: «No hay manera de ser una madre perfecta, hay un millón de maneras de ser una buena madre».

Tania Llasera,Lekeitio,País VascoTendencias
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