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Lunas menguantes de miel

ROCÍO MENDOZA Madrid

Bárbara Cortés apenas tiene dos minutos del día libres de llamadas y mensajes de teléfono por atender. Al otro lado, resuelve dudas, organiza horarios, confirma reservas y recibe noticias de todos 'sus novios'. Ella es organizadora profesional de lunas de miel y, como le sucede a muchos de sus colegas de sector, celebra ahora la avalancha de trabajo tras el parántesis impuesto por la pandemia en su sector durante 2020. «Yo ya estoy notando el 'boom'; no vamos a tener que esperar a 2022 como se decía. El pico de peticiones va increscendo por días. Y la nueva situación obliga a trabajar sobre la marcha. Lo que antes planificaba en 9 meses, ahora lo hacemos en 15 días», explica esta profesional con cierta alegría.

Justo en estos meses, a partir de junio, se espera que los viajes de boda vuelvan a despegar y que lo hagan con ímpetu. No podría ser de otra forma después del rosario de cancelaciones y aplazamientos a los que se han visto obligadas multitud de parejas españolas. Aún hay limitaciones. Nada volverá a ser del todo como antes, dicen. Pero si hay una oportunidad de disfrutar de este tiempo especial en pareja, sea como sea, pocos están dispuestos da dejarla escapar.

La fórmula para salir airosos del trance es dotarse de un plus de flexibilidad para cambiar de destino si las restricciones sanitarias así lo imponen, de planificación experta y no escatimar en medidas de seguridad. Pero sobre todo, saber adaptar las expectativas de la experiencia a los nuevos y pandémicos tiempos. Mientras haya ganas, y todos los expertos del sector constatan que no faltan, viajar es posible.

Destinos internacionales de ahora

«Cuando llegó el momento de parar, por nuestra parte nos dedicamos a escuchar a las parejas y nos dimos cuenta de que los españoles somos muy de hacer algo, lo que sea. Y con esa premisa nos adaptamos», cuenta Sheila Quesada, delegada en la Comunidad Valencia de la Asociación Española de Profesionales de Turismo (AEPT), especializada en el sector de bodas y viajes familiares. Ofrecieron entonces lo que ellos llaman las 'no lunas de miel'.

Para adaptarse a los cierres perimetrales, no dudaron en organizar experiencias selectas en sitios cercanos a la espera de poder hacer el gran viaje cuando la situación lo permitiese. «Hubo gente que tuvo la suerte disfrutar de las islas como Canarias –recuerda Quesada– y nos decían que se sentían como estar viviendo la época de sus abuelos». Y tanto: hay quienes han optado por villas de lujo pero en pueblos con encanto, como por ejemplo Altea, cuando los cierres perimetrales así lo imponían y las limitaciones crecían a cada semana que pasaba. Eso sí, esta alternativa, ha hecho que, como novedad, muchos recién casados hayan terminando disfrutado de dos lunas de miel.

Desde NUBA, un clásico referente entre las agencias dedicadas a organizar grandes viajes exóticos elegida por muchos novios, constatan este hecho. Las 'nanolunas de miel' –como también se han llamado– en sitios cercanos han sido el aperitivo de viajes posteriores más ambiciosos.

«Los novios piden vivir experiencias muy significativas, que sean un aprendizaje transformador»

Lunas menguantes de miel

Alessandra girardi | nuba

Alessandra Girardi, directora de producto de la citada marca, advierte que aunque el exotismo y los grandes tours sean marca de la casa, éste no tiene por qué estar reñido necesariamente con los viajes cercanos por España o Europa. «También llevamos muchos años ofreciendo experiencias en España o en destinos más cercanos como Italia, Grecia, Portugal o Croacia. Son opciones que ofrecemos con el mismo nivel de atención y exclusividad que otras de corte más exótico, y efectivamente tanto el año pasado como este, hemos notado un incremento en la demanda. En estos países también ofrecemos experiencias no menos románticas o especiales, como un picnic entre los infinitos viñedos de la Toscana, con el brindis perfecto de vino Chianti, atravesar pueblos de acuarela en vespa de época, una cena 'real' en un salón privado del Palacio da Pena en Sintra, un emocionante viaje en el tiempo al más puro estilo de las 'Mil y una noches' o dormir bajo las estrellas en una 'casa burbuja' en mitad de los Alpes franceses, con el majestuoso Mont Blanc de marco de fondo», enumera.

Este tipo de planes entronca con las preferencias de los nuevos novios postcovid. «Ahora buscan un viaje más personalizado, privado, con altas medidas de seguridad e higiene. Pero también estos meses nos han hecho reflexionar y muchos han aprovechado este momento para repensar sobre la forma de viajar; más respetuosa con las comunidades de los lugares que visitamos y con nuestro ecosistema. Así, nos estamos encontrando con muchos novios que acuden a NUBA porque buscan vivir experiencias significativas. Buscan viajes capaces de cambiar su forma de ver el mundo (exterior e interior) y que generen un aprendizaje transformador», apunta Girardi.

«Al destinarse el mismo dinero que aun gran tour pero a una experiencia cercana ha puesto el foco en la experiencia de lujo»

luis de paz lópez | empresario del sector

La privacidad y la intimidad, así como la necesidad de sentir que se está en algo muy especial, son las características que reinan en las lunas de miel de hoy en día. Como señalaba Luis de Paz, fundador de MundoExpedición y BespokeTravelSpain, durante su participación en un evento organizado por Condenast Traveller para debatir sobre el futuro del sector turístico, hay parejas que han decidido gastar lo mismo (4.500 euros de media, según los datos de un estudio e bodas.net de 2019) que en un gran tour por distintos países en una experiencia cercana, con lo que el lujo ha entrado en la opción de mucha gente que antes no se planteaba.

Su colega, Alesandra Girardi, lo constata cuando se trata de elegir dónde hospedarse. «En cuanto a los alojamientos, también podríamos decir que en la era postcovid los novios buscan algo más y la experiencia del lujo está evolucionando alrededor de tres conceptos: lo remoto, lo sostenible y lo exclusivo», apunta.

«Ahora se limitan las experiencias inmersivas como la visita a familias o mercados; las parejas quieren también más experiencias en la Naturaleza e intimidad»

bárbara cortés | organizadora profesional de lunas de miel y viajes en familia

Curiosamente, que la luna de miel se vuelque más hacia dentro, hacia la experiencia íntima, para atender al origen de esta costumbre que no era más que dar un tiempo a la pareja para que se conociese realmente, no quiere decir que se limite a Lanzarote, donde por cierto «se ven muchos recién casados en estos tiempos», como constatan los dueños de alojamientos como es el caso de María Álava, del complejo Álava Suites.

Más bien tiene que ver con que se limita a un único país. «Esto es lo que más ha cambiado. Ya no se suelen mezclar destinos como antes», explica Bárbara Cortés. Y, cuando se hace, «se evita la experiencia inmersiva en la comunidad: las visitas a los mercados, la convivencia con familias de la comunidad, etc. Todo eso que antes hacía especial a los destinos», señala. Ahora lo que se impone es la naturaleza, el exotismo al aire libre y la ausencia de aglomeraciones que garanticen un mínimo de distancia de seguridad. Con estos mimbres, África está siendo uno de los destinos internacionales más demandados. «Los safaris, los alojamientos... son destinos que ya son muy personalizados», apunta Cortés.

«Ante los cierres, ofrecimos nanolunas de miel, cercanas y exclusivas; ahora les toca a África y Costa Rica»

sheila quesada | asociación profesionales del turismo

¿Y no hay miedo? No parece que lo haya como tal; pero sí mucho respeto y precaución. Los intermediarios, como señala Quesada desde la AEPT, tienen ahora un papel muy importante, sobre todo de cara a la seguridad. «Nuestros novios viajan con acuerdos previos con todos los hospitales del lugar por si fuese necesario, con código para hacerse las PCR sin que les cueste la vida, con viajes de regreso asegurado si fuese necesario, etc», explica Quesada, quien también pone como ejemplo de viaje que ahora se demandan aquellos que permiten un mayor contacto con la Naturaleza. «Estamos organizando para septiembre uno personalizado en Islandia, con alojamientos en granjas que parecen hoteles de cinco estrellas», cita.

Coincide con su compañera Bárbara Cortés en la lista de destinos más demandados a los que ahora se puede viajar. Entre todos, reina Costa Rica, (le llaman el paraíso natural abierto), Egipto y un clásico para las parejas que ni la pandemia ha hecho decaer; las Islas Maldivas. «Empieza a poderse viajar con seguridad; la gente debe saberlo. Y hay vida más allá de Canarias y Tulum (México)», defiende Luis de Paz quien, como experto en el sector y con los datos de reservas en la mano, ya augura que 2022 será el año de las bodas y, cómo no, de lo que ya es una parte tan importante como la propia celebración: la luna de miel.

Un origen victoriano

La práctica del viaje de novios tiene origen británico. A principios del siglo XIX, las parejas de clase alta iniciaban el llamado 'bridal tour', a veces acompañados por amigos o familiares, para visitar a aquellos que no habían podido asistir a la boda. La práctica pronto se extendió al continente europeo, conocido como el viaje a 'la façon anglaise' (al estilo Inglés) en Francia, desde los años 20 en adelante. Los novios emprendían estos viajes imbuidos por los ideales románticos: aventuras, paisajes salvajes... Algunos de estos viajes dieron lugar a grandes travesías y a obras literarias tan interesantes como 'Pasaje a la India', de E. M. Forster o 'Historia de una excursión de seis semanas', que recoge los viajes de la pareja Shelley.

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