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Permisos de maternidad y paternidad: el caso de España en comparación con otros países europeos

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Tras la entrada en vigor de los permisos iguales e intransferibles en España, analizamos este modelo en comparación con los permisos de maternidad y paternidad que hay en otros países europeos

Por Noemí López TrujilloReportajes |9min lecturaImagen: Shutterstock Por Noemí López TrujilloReportajes |9min lectura
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  • El pasado 1 de enero de 2021, en España entró en vigor la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, llamados “iguales e intransferibles” porque, además de tener la misma extensión, ningún progenitor puede ceder días al otro.

    Así, el permiso de paternidad —el que disfrutarían los padres y las madres no gestantes— ha aumentado progresivamente en España entre 2019 y 2021. Tras la publicación del Real Decreto-ley 6/2019, que es el que regula estos permisos, en abril de 2019 los permisos de paternidad pasaron de ser de cinco semanas a ocho; el Real Decreto contemplaba dos incrementos más: uno en enero de 2020, pasando de ocho semanas a 12, y otro más este enero de 2021, pasando de 12 semanas a 16. El de maternidad no ha sufrido cambios: 16 semanas.

    Familias monomarentales

    Si bien las madres (o progenitores gestantes) mantienen sus 16 semanas (es decir, su permiso no se amplía), hasta ahora podían transferir 10 semanas al otro progenitor. Pero con la entrada en vigor de esta última modificación que proponía el Real Decreto de 2019, el permiso ya no es transferible (ningún progenitor puede ceder semanas al otro). Además, las primeras seis semanas (mes y medio) son obligatorias y simultáneas: es decir, ambos progenitores han de cogerse, a la vez, esas seis semanas nada más nazca el bebé (o llegue un menor al hogar, en caso de adopción). Las 10 semanas restantes han de consumirse en el primer año de vida del menor como las familias dispongan (o pueden no consumirse si prefieren reincorporarse a su empleo).

    De esta manera, cada progenitor, en el caso de familias biparentales, tiene cuatro meses de permiso. En el caso de familias monomarentales, el permiso, al ser a título individual, es de 16 semanas, algo que ha suscitado críticas: “Las familias monomarentales tienen unas necesidades específicas. Parece lógico que los permisos para ellas deberían ser más largos —como lo son en algunos países para los nacimientos múltiples—, y su remuneración debería repensarse porque son familias de un solo ingreso”, explica a Newtral.es la socióloga Marta Domínguez, investigadora en el Instituto de Estudios Políticos de París Sciences Po.

    La abogada Emilia de Sousa, especializada en maternidad y desigualdad de género, señala en conversación con Newtral.es que “una verdadera modificación de la ley” habría pasado por “ampliar a seis meses mínimo para ambos progenitores, si hay dos, y permitir que las familias monoparentales cuenten con una persona de apoyo que pueda disfrutar del permiso del progenitor que no ha gestado y parido”.

    Para Inés Campillo Poza, socióloga y profesora del departamento de Sociología Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, el proyecto de equiparación de los permisos trae consigo “dos cosas positivas”: “Por un lado, ha colocado la corresponsabilidad en los cuidados y la lucha contra la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo en el centro de la agenda política. Y, por otro, ha supuesto la ampliación del permiso de paternidad”.

    Sin embargo, considera que el efecto será limitado, ya que “beneficiará principalmente a las familias heterosexuales en las que tanto el padre como la madre estén empleados formalmente y con contratos indefinidos, básicamente personal funcionario y trabajadores en grandes y medianas empresas”.

    Así, de manera indirecta, “las familias sin ningún miembro en el empleo formal, o en las que alguno de sus miembros esté desempleado o en precario, apenas se van a beneficiar de esta medida; tampoco las familias monoparentales”, expone la socióloga, que señala que “hay estudios que muestran que los padres que más días de permiso parental disfrutan son los que tienen estudios universitarios, que están casados con mujeres con estudios universitarios y que trabajan a tiempo completo”.

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    El modelo en otros países europeos

    El 1 de enero de 2021, otro país europeo actualizaba sus permisos parentales. Es el caso de Islandia, que ha pasado de cinco meses para cada progenitor a seis para cada uno de ellos. Herdís Steingrimsdottir, profesora e investigadora de la Copenhaguen Business School especializada en demografía y género, explica a Newtral.es que del total para cada progenitor, “cuatro meses y medio son intransferibles y el mes y medio restante sí se puede transferir”. A diferencia de España, donde las primeras seis semanas son obligatorias y simultáneas, en Islandia no es así: los progenitores pueden coger el permiso a la vez o ir alternándose y solo dos semanas serían obligatorias para la madre.

    Permisos de maternidad y paternidad: el caso de España en comparación con otros países europeos

    Steingrimsdottir considera que “el sistema islandés se acerca a un política óptima”, pero que podría ser más eficaz “si se aumentase la retribución por el permiso”: “Actualmente padres y madres reciben un 80% del salario [en España es del 100%] hasta un límite. El tope solía ser más alto antes de la crisis financiera, y los hombres parecen tener más en cuenta el dinero a la hora de hacer uso de la licencia parental que las mujeres”, añade.

    La red internacional Leave Network recoge los modelos de permisos en 45 países. En su último informe, de 2020, se observa la disparidad entre países. Por ejemplo, en Italia, las madres tienen 20 semanas (cinco meses) que son obligatorias y una semana obligatoria para el padre, que puede ser usada en los cinco primeros meses tras el nacimiento.

    En el Reino Unido, la madre dispone de 52 semanas, aunque 13 de ellas son sin retribución económica; y los padres pueden elegir entre una o dos semanas. Para ellos, el permiso no es obligatorio; para ellas, solo las dos primeras semanas (cuatro si trabajan en una fábrica). Por tanto, las 50 semanas restantes y no obligatorias del permiso de maternidad pueden ser transferidas al padre.

    Y en Francia, de acuerdo con el estudio de Leave Network, el permiso de maternidad es de 16 semanas (26 si la gestante ya tiene dos hijos) y es obligatorio, es decir, las mujeres no pueden reincorporarse al empleo antes si lo desean y tampoco serían transferibles. En el caso de los padres, su permiso es de dos semanas (el análisis no indica si es obligatorio, tan solo que debe usarse en los cuatro meses posteriores al nacimiento del bebé).

    De acuerdo con un estudio elaborado por investigadores finlandeses y británicos —publicado en 2019 en la revista científica SAGE Open—, Finlandia fue “el primer país del mundo en introducir la baja por paternidad”. Aquí, la baja de maternidad es de 105 días (casi 18 semanas, teniendo en cuenta que las semanas laborables son de lunes a sábado) y la de paternidad, la mitad: 54 días (nueve semanas). De esas nueve semanas, el padre puede coger tres al mismo tiempo que la madre disfruta de su permiso. Además, Finlandia contempla un permiso parental extra de 158 días (26 semanas) retribuido al 70% del salario y que los padres pueden dividirse como quieran.

    Alison Koslowski, profesora en la Universidad de Edimburgo e investigadora especializada en permisos parentales, género y mercado laboral, explica a Newtral.es que “en Europa no hay un único modelo”: “Hay modelos que todavía asumen que la madre es la cuidadora principal, casos en los que el permiso de maternidad es más largo, de varios meses, pero el de los padres es de tan solo una o dos semanas con una parte transferible por parte de la madre”.

    Según Koslowski, “la evidencia muestra que los padres son mucho más proclives a coger el permiso cuando es un derecho individual y no transferible”, aunque considera importante la implementación de otras políticas públicas que no estén solo enfocadas en el mercado laboral: “La reducción de la jornada laboral sería una buena forma de permitir la conciliación”.

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    Permisos parentales simultáneos

    Uno de los aspectos destacables del reciente modelo implementado en España es la obligatoriedad de simultanear una parte de los permisos. Así, al menos un mes y medio del total de cuatro meses de los que disponen cada uno de los progenitores debe consumirse a la vez.

    La politóloga Sílvia Claveria, investigadora en la Universidad Carlos III de Madrid y especializada en desigualdad de género, señala a Newtral.es que la evidencia indica que “ambos progenitores gocen de este permiso desde el inicio —y de forma individual— ayuda a crear rutinas desde el principio y que no se conviertan solo en ‘ayudantes’”.

    “Se ha demostrado [Claveria cita este estudio] que incluso en parejas que son igualitarias, una vez llega un nuevo miembro a la familia, se descompensan los tiempos de dedicación a estas responsabilidades”, apunta la politóloga. De esta manera, los roles se asentarían, produciéndose una especialización del trabajo doméstico: “Para las mujeres, como han tenido el permiso de maternidad desde el inicio y con una duración más larga, se asume de manera natural la responsabilidad de hacer las nuevas tareas. Además, como ellas las han hecho desde el principio, son más eficientes realizándolas”.

    Sara Moreno, socióloga e investigadora en la Universitat Autónoma de Barcelona y especializada en políticas de conciliación y desigualdad en el mercado de trabajo, también señala la importancia de la simultaneidad, pero matiza que “si se prolonga mucho, se corre el riesgo de que los padres no asuman el rol de cuidador: “Si se prolonga, el hombre va a desarrollar su papel de soporte o ayudante, no de cuidador. A menudo, cuando son simultáneos, ellos utilizan el permiso para otras cosas: por ejemplo, los académicos que aprovechan ese tiempo para ser más productivos y ponerse con los papers que no habían tenido tiempo de hacer”.

    En ese sentido, Moreno defiende que los permisos sean iguales e intransferibles, pero que la parte simultánea sea de dos semanas, mientras la madre se recupera del parto. Aunque reconoce que “no todas las mujeres se recuperan en el mismo tiempo y de la misma forma”: “Lo cierto es que no hay política pública perfecta en su diseño”.

    Para la investigadora Alison Koslowski, de la Universidad de Edimburgo, “es imprescindible que los padres pasen tiempo a solas con el bebé”: “Una parte simultánea de los permisos podría ser beneficiosa para la relación entre los miembros de la familia y útil si hay más niños en casa, pero para la igualdad de género y para que ellos aprendan a cuidar es importante que una buena parte del permiso no sea simultáneo”, añade.

    También Johanna Lammi-Taskula, directora de la unidad de Infancia, Juventud y Familias del Instituto de Salud y Bienestar de Finlandia, comparte esta visión: “Es importante que los padres tengan su propio turno para que asuma su total responsabilidad del cuidado del bebé y no se convierta solo en un asistente de la madre”, apunta en conversación con Newtral.es.

    Lammi-Taskula señala que durante este periodo de “solo en casa”, “muchos padres aprenden nuevas habilidades como cuidadores capacitados”. Esta especialización en el trabajo de cuidados por parte de ambos podría evitar problemas futuros. Según esta investigadora finlandesa, “las madres que están ausentes del mercado laboral tienen ingresos muy bajos, lo que repercute en unas pensiones muy pobres; y los padres que no pasan tiempo con sus hijos en pos de su carrera laboral luego tratan de hacer una compensación con los nietos”.

    ¿Permisos iguales o más amplios para las madres?

    Otro de los aspectos discutidos sobre el modelo español es que el permiso de paternidad haya aumentado significativamente en los últimos años sin que el de maternidad haya sufrido cambios.

    Libertad González, profesora de Economía en la Universitat Pompeu Fabra e investigadora especializada el ámbito laboral, señala a Newtral.es que “la reforma de los permisos de paternidad no cuestiona el mercado laboral”, pero apunta que “las bajas de maternidad muy largas desenganchan a las mujeres del mercado laboral”.

    Para González, “solo con este tipo de políticas los cambios no son muy grandes para la igualdad de género”, pero aboga por igualar los permisos en tanto que “es la única manera de que los hombres sean también corresponsables”.

    La socióloga Sara Moreno también apunta que “se refuerza el statu quo desde la lógica productiva porque favorece la mayor disponibilidad laboral antes que una mayor disponibilidad para los cuidados”: “Pero recordemos que esto se implementa en el marco de los derechos laborales, no es un derecho universal. De hecho, solo favorece a aquellas personas ya vinculadas al mercado de trabajo”.

    Según Moreno, “la evidencia empírica parece indicar que es bueno que los permisos sean iguales e intransferibles”: “Cuando el permiso es transferible, este lo acaban cogiendo más las mujeres que los hombres. Luego habría que ver qué uso dan los hombres a estos permisos. La cuestión es que una política pública se diseña por los incentivos que pueda generar, pero no puedes controlar todo”.

    La abogada Emilia de Sousa apunta que los permisos iguales e intransferibles (y de tan solo cuatro meses) obvian la “dimensión biológica de una gestación, parto y posparto”: “No se han tenido en cuenta propuestas tan interesantes como una incapacidad temporal tras el parto cuyo fundamento es la recuperación física de quien ha parido: por ejemplo, 15 días si es un parto y un mes si se trata de una cesárea. Es incomprensible que en España puedas coger una baja laboral por una intervención menor, pero no puedas cogerla por una cirugía mayor [cesárea]. Y el permiso debería empezar justo al acabar esta baja porque sus fundamentos y sus destinos son bien distintos”.

    Por su parte, la socióloga Inés Campillo considera que hablar de derechos asociados a un proceso fisiológico “no implica defender que las mujeres cuidan mejor o deben cuidar más por ser las que gestan y amamantan (si así lo desean)”: “Se trata más bien de reconocer la diferencia que supone ‘poner el cuerpo’ y proteger determinadas situaciones (por ejemplo, la posibilidad de amamantar hasta los seis meses). En este país, a las mujeres y personas gestantes que tenemos criaturas se nos ningunea y descuida una vez que hemos dado a luz”.

    Por ello, Campillo considera que “habría sido más prioritario introducir una prestación universal por hijo a cargo o universalizar el permiso de maternidad para que quienes estén en paro sin prestación, inactivos o no tengan la cotización suficiente” puedan beneficiarse de este derecho.

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    8 Comentarios

    Paco dice:

    Por qué mostráis solo 5 países, además de los más retrasos en este sentido. Citar en Europa central y del este que son entre 1 y 2 años de baja con salario completo. Aquí las ridículas 16 semanas. Eso es un país social? Mucho feminismo y «niños y niñas» pero el bebé a los 6,5 meses, a la guardería.

    ResponderShanti Pérez dice:

    ¿Porque si el 80% las familias formadas por un sólo progenitor que este es de género femenino se tiene que llamar monoparental?.¿Porque vivamos en una sociedad patriarcal que ha adecuado la utilización del lenguaje a su androcentrismo?. ¿Porque lo diga una institución patriarcal como es la RAE?. Una institución de mas de 300 años, con 4.885 miembros a lo largo de su historia de los cuales tan solo 11 han sido mujeres. ¿Porque si las mujeres somos el 50% de la población, esto no se ve reflejado en una utilización igualitaria del lenguaje?. Mi hijo se crió en una familia monomarental y aunque la RAE o sursuncorda no lo reconozca yo seguiré utilizando este término para mi familia y para todas las familias que cuenten con un solo progenitor en su núcleo familiar. Me da igual si la Ministra de Igualdad se llama Irene Montero, Soraya Sáez de Santamaría o Carmen Polo.

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